Como pasa el tiempo
Y sigo cantando,
No mi´ hecho famoso
Ni voy a intentarlo.
Por la senda amarga
Florece mi canto.

Como duele a veces
No ser valorado
Y en tu propia casa
Sentir el rechazo.
Guardar en secreto
Lo que has cosechado.

Es igual mi vida
De andar orillando.
Haciendo canciones
Con mi lado humano,
Pa´ darle un sentido
A lo cotidiano.

Estribillo:
Cuantos musiqueros
Chinitas y changos,
Riegan tiernamente
Flores con los años
Perfumando el viento
De sueños poblados.

Segunda
Músicos de oficio
Muchos marginados,
Viven en la lucha
Creyendo y creando.
Nobles criaturas
De este suelo extraño.

Poetas del mundo,
Cantoras y hermanos.
Entregan su vida
A un sueño logrado.
Por la sombra arisca,
Lejos del mercado.

Viven como el humo
Azul de un cigarro.
Viajando sin prisa,
Sabios y olvidados.
Curtidos de ausencia,
No tienen salario.

Estribillo:
Triunfa quien se aleja
Y sueña en lo bajo
Un sueño maduro,
De amor y trabajo
Entregando el alma
Y la vida en un canto.

 

Voz: Jorge Rodríguez  Bombo: Facundo Quevedo
Guitarras y bajo virtual: Lucas Carabajal. Grabado en Estudios Michio Sega.
Retoques: Alico Medina.

 

Historia autobiográfica, declaración de principios, queja al achatamiento de la oferta artística, canto de solidaridad al gran océano de colegas músicos, poetas, teatreros, artistas en general. Eso es, mas o menos, lo que trata de expresar mi compañero Jorge en estos versos.

La música salió por otro lado pero extrañamente, como ya me paso mas de una vez, fue a juntarse solita con la letra.
Misterios de la química. Alquimia por chacarera.

Dedicado a todos los que dejan su vida, su alma y sus tripas en la dura tarea de hacer del arte una propuesta honesta, lejos del aplauso fácil, esquivando el camino ya probado y sin riesgo, del arte como simple comercio.