“Que tu alimento sea tu medicamento”  Hipocrates     (465 – 375  AC)

Esta sabia frase emitida por el Padre de la Medicina, tuvo la profética intención de ayudarnos a cuidar nuestra salud y vida.

El hombre  con su egocentrismo y ambición desmedida ha dañado lo más valioso que tenemos a  nuestro alrededor y que es la madre naturaleza.

Los tiempos modernos son testigos de  la  contaminación desencadenada y el daño provocado  en todo el planeta.

Siempre queda la esperanza, que renace cada día y nos convoca a ponernos de pie  y a unir las manos y esfuerzos comunes, para tratar de sobrevivir en este mundo adverso.

Desde esta óptica queremos proponer la difusión y aprovechamiento de ciertas plantas alimenticias  y con propiedades medicinales; sobre  todo en aras de  la prevención,  procurando su producción y consumo.

Tenemos una flora  silvestre prodiga , que no la   aprovechamos  en toda su extensión, pues los frutos que nos brindan tienen poderes antioxidantes  que nos ayudarían a prevenir enfermedades que nos agobian cada día y que nos llevan hasta la perdida de la vida, como es el cáncer.

Siendo así, también podemos sembrar la esperanza, desde una mínima huerta o    maceta domestica; aprovechar los recursos que nos quedan y lograr en forma  directa,  sana  y  segura, un pan para la mesa familiar, ganado con el esfuerzo individual o comunitario, que saciará nuestra hambre  y  prevendrá la enfermedad.

Desde el Proyecto Santiago Diversidad, proponemos llevar  esto a cabo, con la participación de sus integrantes, que brindaran apoyo en lo que se  refiere a  cultivos, elaboración de abonos orgánicos y comercialización de los productos de la cosecha.