Contribuciones para comprender el proceso de conformación del “pensamiento único”

Trabajo presentado en las :

XVI Jornadas de Filosofía del NOA

SITUACION Y TAREAS DE LA FILOSOFIA EN EL NOA

Santiago del Estero, 14, 15 y 16 de Agosto de 2014

Universidad Nacional de Santiago del Estero

Autor: Lic. Elvio Antonio Suarez

FCEyT – UNSE

Mi objetivo será mostrarles como las prácticas sociales pueden llegar a engendrar ámbitos de saber que no solamente hacen aparecer nuevos objetos, conceptos nuevos, nuevas técnicas, sino que además engendran formas totalmente nuevas de sujetos y de sujetos del conocimiento. El propio sujeto de conocimiento también tiene una historia, la relación del sujeto con el objeto o, más claramente,  la verdad misma tiene una historia.  Michel Foucault, “La verdad y las formas jurídicas”.

Cada sociedad posee su régimen de verdad, su “política general de la verdad”: es decir, define los tipos de discursos que acoge y hace funcionar como verdaderos; los mecanismos y las instancias que permiten distinguir los enunciados verdaderos o falsos, la manera de sancionar a unos y otros; las  técnicas y los procedimientos que son valorados en orden en obtención de la verdad, el estatuto de quienes se encargan de decir  que es lo que funciona como verdadero. Michel Foucault,  En “Verdad y Poder”.

Vivimos en un ambiente de mucha incertidumbre, generada en gran parte por el hombre, en la vinculación con sus pares y con la naturaleza.

Necesitamos de información y conocimientos que nos ayuden a disipar esa incertidumbre: brindar explicaciones, realizar predicciones y/o tomar decisiones.

En una situación difícil y/o para tomar una decisión importante lo aconsejable seria tomarse tiempo, no recurrir a recetas, y asumir el compromiso de transitar un proceso que requiere de aprendizaje y reflexión.

El  hambre de certezas generado  por la gran incertidumbre encuentra en la ciencia una  respuesta que en muchos casos no resulta satisfactoria, ya que  en su nombre, se  hacen enunciados  sobre la totalidad, que desconocen el azar y que ante una situación singular pueden llevarnos a decisiones erróneas.

La metodología de la investigación científica, que se enseña en las universidades y que  forma parte del plan de estudios de muchas carreras, permite al investigador obtener resultados  que son reconocidos como validos, por la comunidad científica. Pero en muchos casos, dicha metodología  conduce a  tajantes  afirmaciones  sobre la totalidad (en forma de ley) y soslayan o evitan referirse a lo singular. En las publicaciones se suelen observar afirmaciones tranquilizadoras tales como: “el mejor tratamiento”, “la mejor elección”, “el mejor camino”, “lo más rápido”, “lo más productivo” etc.

Por otra parte la difusión que se hace de estos resultados, a la comunidad científica y al público en general, contribuyen a una visión determinista de la realidad.

Para una mayor comprensión de lo expresado anteriormente,  recurriré a un ejemplo que se presenta en la investigación experimental: se desea comparar  o marcar  diferencias entre los efectos de una droga y de un placebo. Para ello se conforman usando un mecanismo aleatorio  dos grupos de personas que en términos técnicos serían las muestras. A un grupo se le administra la droga y al otro el placebo.

Lo que se procura saber es si la droga tiene un efecto superior al placebo. Para tal fin lo que se busca establecer es si el efecto promedio de la droga es superior al efecto promedio del placebo.  Como no tenemos acceso a esa población ya que solo podemos observar lo que sucede en las muestras, nos vemos obligados a tomar decisiones sobre las posibles relaciones a nivel de población en base a la información que proporcionan   las muestras.

Ni antes ni después de tomar las muestras se conoce el valor exacto de los promedios poblacionales E(X) y E(Y). Las muestras nos permiten tomar decisiones acerca de si  E(x)=E(Y) o si alguna es superior a la otra, pero siempre con riesgo de error en la decisión .Hay cierta confianza pero no certeza acerca si  la decisión tomada es correcta. Pero aun suponiendo que la decisión tomada haya sido la correcta (por ej E(x) menor que E(Y)) no puede afirmarse que siempre X  sea menor que Y . Allí está el peligro de una  equivocada generalización.

El siguiente ejemplo, donde pueden calcularse los promedios poblacionales,  ilustra esa situación:

Se arrojan dos dados: un dado de cuatro caras (tetraedro) y otro de seis caras.

Sea

X: resultado obtenido en el dado de cuatro caras

Y:   resultado obtenido en el dado de seis caras

Usando herramientas básicas de Probabilidades encontramos que:

E(X)= 2.5

E(Y)= 3.5

Es claro que:    E(X)  es menor que E(Y),

Pero esto no significa que siempre X ha de ser menor que Y, como puede comprobarlo el lector arrojando el par de dados, una cierta cantidad de veces.

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