Paisajes del noroeste que transmiten paz a través de su naturaleza

En este primer post de turismo interno por diferentes pueblos de la zona del norte de nuestro país, voy a comentar brevemente mi experiencia de un corto viaje por la vecina provincia de Catamarca.

Pasando Guayamba, a solo unos pocos kilometros se encuentra la entrada del Portezuelo,una cuesta que a determinados metros de altura nos hace sentir por arriba de las nubes. Rectas y curvas bajo una ruta enripiada y por tramos tierra pura me hizo sentir que vale la pena recorrerla y disfrutarla. La vista es practicamente hermosa desde principio y fin.

Llegando ya a la parte de ruta se puede apreciar todo aspecto llano de la provincia, en la altura se puede sentir todo el aire, la paz y la adrenalina de recorrer cada kilometro de la cuesta.
Ya dentro de San Fernando del Valle de Catamarca recorrimos pequeños rincones hermosos, donde toda la naturaleza predomina, sus habitantes destacan y la cultura religiosa se hace notar.

Sin duda, si tienes la oportunidad de recorrer esta provincia te recomiendo que pases por el departamento de Ambato y visites El Rodeo, Las Juntas, hagas el ascenso por La Silleta, accede a Los Varelas, refréscate en El Saltón, descansa algo en Balcozna y recorre los Túneles de la Merced.

El Rodeo es un lugar hermoso para descansar y desconectarse practicamente. El pueblo esta rodeado por mucho verde en la época veraniega y los paisajes destacan por su esplendida belleza. La iglesia Nuestra Señora de la Candelaria y la iglesia Vieja invitan a los visitantes a conocerlas, mientras que en la montaña y por los márgenes del río los atractivos se disparan siendo algunos de ellos el Cristo Redentor, La Pelada del Fraile, las Mesaditas, El Nogal Marcado y el Cerro Manchao.

 

En las Juntas se puede realizar actividades de trekking, pesca de trucha y cabalgatas.Lo que más me gustó de allí fue el cordón del río que atraviesa el pueblo. Pero lo mejor fue ascender por la Silleta. El recorrido hacia La Silleta inicia a unos metros al norte de la Iglesia, allí surge una  senda hacia el oeste subiendo por la montaña, sinuosa pero entretenida de aproximadamente 11 km, donde el verde de las cumbres, salpicadas de margaritas silvestres,
hacen disfrutar este magnífico y deslumbrante paisaje.

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